Luego de haber sido suspendida por acusar a Christian Horner, jefe de Red Bull Racing, por sus actitudes inapropiadas hacia ella, la ex-empleada de la escudería dice estar decepcionada con la forma en que trataron sus acusaciones que escalaron de tal forma hasta generar un escándalo en el mundo de la Fórmula 1.
A pesar de haber desestimado las acusaciones, se filtraron fotos de los chats de WhatsApp entre Horner y la empleada que denotaban actitudes inapropiadas por parte del ex-piloto británico. Pocos días después, se realizó una investigación independiente que resultó en la absolución de Horner y en la suspensión de la acusadora por ser encontrada «deshonesta».
Como la empleada prefiere quedarse en el anonimato, una amiga realizó declaraciones en su nombre al medio británico MailOnline. «Esta muy decepcionada por cómo manejaron la situación, sobretodo porque ella hizo todo lo que tenía que hacer,» comentó. «Ella realizó sus quejas en privado e hizo todo bien, pero se siente muy decepcionada con la compañía«.
Tanto la empleada como su amiga cuestionan la forma en la que investigaron a Horner. «Se necesitan hacer preguntas sobre la investigación de Red Bull, un poco de transparencia inspiraría confianza en lo que le está pasando».
Continúa preguntándose: «¿Quién en Red Bull tenía acceso a la información confidencial?¿Quién en Red Bull está tomando estas decisiones y quién está haciendo un esfuerzo por descubrir la fuente de donde se filtró la información?».
«Ella simplemente no puede superar que hizo una queja y la suspendieron. Lo único que quiere es transparencia en el proceso», agregó su amiga. Al parecer, luego del escándalo, la empleada recibió muchos mensajes de apoyo y fue inundada con ofertas para realizar declaraciones, pero ella prefiere no hablar por el momento.
Verstappen y Horner hicieron borrón y cuenta nueva. Foto: AFPUna fuente interna de la F1 dijo: «Ella no estaba buscando nada de esto y ahora que la suspendieron, el mensaje es muy claro, implica que las mujeres deberían quedarse calladas o van a perder su trabajo,» y agregó que la manera en la que Red Bull manejó la situación iba a «desmotivar a otras mujeres que pueden haber atravesado situaciones similares en la F1 a realizar declaraciones.»
Christijan Albers, ex-piloto neerlandés de la F1, habló con De Telegraaf para advertir que Horner tiene una «temible cantidad de poder». En sus declaraciones dijo que «por la forma en la que esto fue recibido y desestimado, solo conseguís enojar al otro lado. Creo que más cosas van a aparecer«.
La empleada que realizó las acusaciones contrató abogados y planea apelar las decisiones de Red Bull.
Una figura que declaró públicamente estar del lado de la empleada de Red Bull fue Jos Verstappen, ex-piloto y padre del actual campeón del mundo Max Verstappen, quien pertenece al equipo de Christian Horner. Esto creó un escándalo por su parte, ya que se supo que el padre del mejor piloto de la escudería y del mundo, no estaba del lado de Horner.
Jos Verstappen habló a favor de la víctima y movió el avispero. Foto: APEn consecuencia, en una conferencia de prensa, el capo de Red Bull dijo que iba a «trazar una línea» debajo del escándalo y que era hora de «concentrarse en lo que está pasando en la pista».
Christian Horner, de 50 años, está casado con la ex Spice Girl Geri, quien estuvo a su lado apoyando a su marido durante todo el escándalo, acompañándolo al GP de Arabia Saudita en el cual Max Verstappen deslumbró como de costumbre y quedó en la cima del podio.