La Selección Argentina sufrió una dolorosa derrota ante Paraguay por 2 a 1 en el estadio Defensores del Chaco, en Asunción, en el marco de la fecha 11 de las Eliminatorias Sudamericanas para el Mundial 2026. Este resultado dejó un sabor amargo en los hinchas argentinos y generó diversas reacciones tanto en el ámbito deportivo como en el público en general.
El equipo dirigido por Lionel Scaloni comenzó el partido con una actitud ofensiva, buscando imponer su juego desde el primer minuto. La Selección Argentina logró abrir el marcador a los 11 minutos gracias a un gol de Lautaro Martínez.
El delantero del Inter de Milán aprovechó una excelente asistencia de Enzo Fernández, quien recuperó el balón en el medio campo y habilitó a Martínez con un pase preciso. La definición de Lautaro fue impecable, cruzando el balón al segundo palo y dejando sin chances al arquero paraguayo Roberto Fernández.
Sin embargo, la alegría argentina duró poco. Apenas ocho minutos después, Paraguay igualó el marcador con un golazo de chilena de Antonio Sanabria. El delantero del Torino aprovechó un centro desde la derecha y, con una acrobática definición, venció a Emiliano «Dibu» Martínez.
Este gol fue un duro golpe para la Selección Argentina, que no logró reponerse del todo y comenzó a mostrar signos de desconcierto en su juego. En el segundo tiempo, Scaloni realizó algunos cambios tácticos para intentar recuperar el control del partido. Leonardo Balerdi ingresó en lugar de Cristian Romero, quien salió lesionado.
A pesar de los ajustes, Argentina no logró encontrar la fluidez necesaria en su juego y Paraguay aprovechó una de sus grandes virtudes: la pelota parada. A los tres minutos del complemento, Omar Alderete marcó el segundo gol para Paraguay con un cabezazo tras un tiro libre ejecutado por Miguel Almirón.
Impensado
Este gol desató la euforia en el estadio Defensores del Chaco y puso a la Albiceleste en una situación complicada. A partir de ese momento, Paraguay se replegó y defendió con solidez, mientras que Argentina intentó, sin éxito, romper el cerrojo defensivo del equipo dirigido por Gustavo Alfaro.
El rendimiento de la Selección Argentina en este partido dejó mucho que desear. A pesar de haber tenido un 77% de posesión del balón, el equipo no logró traducir ese dominio en oportunidades claras de gol. La falta de precisión en los últimos metros y la ausencia de asociaciones efectivas entre los jugadores ofensivos fueron algunos de los problemas más evidentes.
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