La tradición de quemar el popular muñeco de ‘año viejo’ en Colombia parece que volverá a dejar al presidente Gustavo Petro como el personaje más solicitado por los habitantes en Cali, Valle del Cauca, donde se conoció entre varios comerciantes de la ciudad que el mandatario lidera las ventas.
Por una cifra entre $80.000 y $100.000, los habitantes en Cali pueden quedarse con el muñeco del presidente. Sin embargo, no es el único rostro conocido que está en boga de los amantes de esta práctica, que aunque muchos creen que tuvo su origen en Colombia, en realidad surgió en Ecuador.
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De acuerdo con varios sondeos que realizó El País en Cali, personajes como la vicepresidenta Francia Márquez, el expresidente Álvaro Uribe Vélez y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, son algunos de los nombres que se escuchan de forma recurrente entre los vendedores de muñecos de ‘año viejo’.
Un episodio aparte tienen los agentes de tránsito, que dicho sea de paso, han sido protagonistas de algunos episodios compartidos en video en las redes sociales.
La tradición de quemar el ‘año viejo’ en Nochevieja, un ritual que simboliza el cierre de un ciclo y la bienvenida a un nuevo comienzo, tiene sus raíces en Ecuador. Esta costumbre se remonta a la época de la colonización española y se ha mantenido viva en varias regiones de Latinoamérica, especialmente en el país andino. El muñeco del ‘año viejo’, confeccionado con materiales como periódicos, pólvora y ropa usada, representa el año que termina y es incinerado como un acto de purificación y renovación.
Esta práctica no solo es un evento cultural significativo, sino que también se acompaña de otros rituales de Año Nuevo. Entre ellos se encuentran el recorrido con una maleta para atraer viajes, el consumo de doce uvas a la medianoche y llevar lentejas en los bolsillos para asegurar la prosperidad. Estas tradiciones buscan augurar un buen comienzo para el nuevo año.
El medio también cita a Odi Gonzáles, profesor de estudios latinoamericanos y andinos de la Universidad de Nueva York, quien explica que el origen de esta costumbre en Ecuador está vinculado a celebraciones ancestrales. En la Grecia Clásica, por ejemplo, existía la tradición de incinerar a los gobernantes al finalizar sus reinados, una práctica que eventualmente evolucionó hacia la quema simbólica de representaciones de los monarcas.
La quema del ‘año viejo’ es especialmente destacada en las celebraciones ecuatorianas, donde se ha convertido en un símbolo de purificación y renovación. Radio Nacional de Colombia señala que, aunque esta tradición es común en varios países de la región, en Ecuador ha adquirido una relevancia cultural particular, manteniéndose como una parte esencial de las festividades de fin de año.
Este ritual, que combina elementos de la historia y la cultura local, refleja el deseo de dejar atrás lo viejo y dar la bienvenida a lo nuevo. La quema del ‘año viejo’ no solo marca el fin de un año, sino que también abre la puerta a nuevas esperanzas y oportunidades para el año venidero.