Desde mediados de los años ’90, Aterciopelados es una de las gemas del rock latino. La dupla formada por Andrea Echeverri y Héctor Buitrago irrumpió con difusión masiva en la señal de cable MTV Latino, gracias a hits como Bolero falaz, Florecita rockera y Baracunatana.
Salvo algunas breves separaciones o recesos en 2004-2005 y 2011-2013, Aterciopelados nunca detuvo su marcha, lanzó discos nuevos y realizó giras internacionales, a solas o como invitados de artistas insignia como Soda Stereo, Los Fabulosos Cadillacs, Café Tacvba, Caifanes, Julieta Venegas y Héroes del Silencio.
Así fueron pasando las décadas y ellos nunca dejaron de ocupar un lugar de importancia que revalidan con cada nuevo movimiento, como el reciente EP Agradecida, donde tres canciones anticipan lo que será su próximo álbum completo, programado para 2025.
Además, hace muy poco ganaron un nuevo premio Grammy Latino al mejor álbum de rock, por su disco El Dorado en vivo, con reversiones junto a invitados como Carlos Vives y Rubén Albarrán, coronando un año donde también hicieron grabaciones con Los Auténticos Decadentes y Enrique Bunbury.
Siempre activos
El Dorado Tour los llevó a dar la vuelta al mundo, una vez más. Hicieron más de 63 conciertos por el continente americano, Europa y Oceanía, desafiando turbulencias, atesorando aplausos y conectando con un público multigeneracional.
El flamante EP Agradecida cuenta con la colaboración de figuras como Gustavo Santaolalla, con quien finalmente concretaron un viejo anhelo de trabajar juntos. En total sacaron tres canciones: la que da título al disco, Primero estaba el mar (una cumbia rebajada con tambores de Toto la Momposina y un relato sobre el mito Kogi de creación) y No estamos solos (un western electrónico sobre seres multidimensionales).
En la charla por Zoom con Clarín, Andrea explica: «Teníamos algunas canciones compuestas, pero luego salió el proyecto de hacer El Dorado en vivo, que nos tomó como dos añitos entre montar todo el repertorio, hacer los el shows en vivo, filmarlo y grabarlo».
«Y con eso -agrega con orgullo- fue que nos acabamos de ganar el Grammy a a disco mejor disco de rock».
-¿Ya está todo el disco listo, o siguen grabando más cosas?
Andrea: -La idea es que sea un álbum completo de 13 canciones inéditas, pero en ocasiones pasadas nos ocurrió que si tú sacas el disco completo en todas las plataformas, a la segunda canción te dicen es vieja. Entonces lo cortamos en tajadas y ésta es la primera tajada. Habrá otra en febrero, otra en marzo una bien feminista, y en abril las 13 canciones juntas, bajo el nombre Jóvenes Rebeldes.
Héctor: -Vamos definiendo las canciones que vamos lanzando, las vamos mezclando y masterizando, pero creo que vamos a acelerar para que al cuarto esté el disco todo listo y terminado. Hay un plan de hacer un lanzamiento en Bogotá de verdad
-¿Por qué eligieron estas tres canciones y no otras?
Andrea: -Fue un consejo de alguien que escuchó todo el disco, porque a veces uno está muy sumergido en todo. Nos sugirieron que Agradecida era una buena manera de abrir de toda esta etapa, y las otras dos las escogimos porque nos encantan. La decisión fue salir con tres que sean diferentes entre sí. En marzo vamos a sacar tres que son más criticonas y que odian lo que está pasando en la música y en el show business con las mujeres.
Trabajar con Santaolalla
Insólitamente, Aterciopelados nunca antes había trabajado con Gustavo Santaolalla, aunque Andrea cuenta que hubo intentos fallidos: «Eran los años ’90 y él era muy famoso porque hizo los discos de Maldita Vecindad y Café Tacvba. Era el productor estrella y una vez en Miami hubo deliberaciones respecto a que nos produjera, pero finalmente no se materializó y me lo volví a encontrar durante la gira de Gracias totales«.
Héctor asiente y dice: «Tal cual. Gustavo Santaolalla era el productor del momento, del rock en español en esa época. Aquella vez pensamos que podría ser él, pero al final fue Phil Manzanera, que tenía unos ancestros colombianos».
-A ver cómo andan de la memoria: ¿qué recuerdan de la primera visita a la Argentina?
Andrea: -Creo que fue en La Plata en 1995, porque la ciudad estaba cumpliendo años y había un gran festival. Tocamos abriéndole a Soda Stereo y justo había pasado el famoso partido que había ganado Colombia cinco a cero, así que el público no solo gritaba “¡Soda, Soda!” sino también “¡Cinco a cero!”. Pero fue lindo.
Héctor: -Fue una visita muy abrumadora para nosotros porque éramos casi un grupo amateur y no estábamos acostumbrados a grandes escenarios. Fue la primera vez que tocamos ante tanta gente, unas 150-200 mil personas en un concierto gratuito.
Andrea: -Desde entonces fuimos muchas veces. La última visita fue hace poco, hace un añito en Groove. Estuvo muy bonito y con la presencia de muchos colombianos y venezolanos que hicieron que la cosa se ponga intensa.
-¿Imaginaban una carrera tan larga?
Andrea: -¡Que no! Nosotros ni siquiera éramos un grupo de garage, sino que éramos del lavadero (risas) porque ensayábamos en un lugar donde se lavaba la ropa. De ahí para adelante todo ha sido sorpresa, porque ni siquiera éramos músicos. No tenemos formación académica, entonces tocábamos en los bares. Nadie se imaginó nada y aquí seguimos.
Héctor: -Después de la pandemia hubo como una reactivación de la gente queriendo ver y salir y compartir otra vez los festivales, entonces hemos estado tocando bastante.