Minuto 1: La Selección Argentina (sin Lío Messi) visita a Uruguay (sin Natalia Oreiro) por las eliminatorias del Mundial 2026 -y no para definir de una vez por todas la nacionalidad del mate y de Gardel- en el estadio Centenario de Montevideo.
Minuto 7: Uruguay tiene la posesión de la pelota, toca al ritmo del Negro Rubén Rada pero no ataca. Al costado del campo de juego, el Loco Bielsa, sentado en una heladerita que le sacó a un vendedor de gaseosas pide sus jugadores que accionen. Y parafraseando a Zitarrosa les reclama: “no se olviden del arco cuando van para atacar, cuanti más lejos se vayan, más se tienen que acordar…”
Minuto 19: Leandro Paredes se disfraza de Buquebus para entrar en territorio uruguayo y se manda al área chica rival como turista argentino zambulléndose en una playa de Punta del Este. La pelota queda más perdida que la diputada Lemoine en una sesión del Congreso.
Minuto 22: Argentina empezó a manejar más la pelota. La Scaloneta juega más rápido. Los yoruguas parecen hacerlo con el termo de mate bajo el brazo.
Minuto 23: El partido está detenido y no por las fuerzas de Pato Bullrich. Dibu Martínez y Nicolás Tagliafico hicieron “la gran Chano” y chocaron entre sí.
Minuto 33: Dibu Martínez salva a Argentina. No del plan económico del Gobierno, pero sí del remate cruzado de De Arrascaeta.
Minuto 39: Uruguay está más estancado que el dólar blue. Simeone primero y Almada después ingresan al área charrúa con facilidad y disparan más que policía de la Federal ante una marcha de jubilados en el Congreso. El arquero Rochet despejó ambos remates y, al decir de Mascherano, se convirtió en héroe.
Minuto 43: El cocacolero le reclama a Bielsa que le devuelva su heladerita en donde está sentado. El Loco no le hace caso y manda a sus delanteros a tomar viagra para ver si alguno la puede meter en alguna pelota parada. Pero es inútil, no llegan ni al primero.
Minuto 47: Termina el primer tiempo. El clásico rioplatense tiene un nivel más bajo que sueldo de maestro en Argentina. No es lo que se dice “fútbol champagne”, ni siquiera llega al nivel “fútbol Manaos uva”.
Minuto 49: La delantera uruguaya hace jugada vegetariana: Mandan fruta, le pegan con la banana y la mandan para el lado de los tomates. No pasa naranja.
Minuto 57: Bielsa pide cambio, no de pesos uruguayos por dólares ni mucho menos pesos argentinos. Quiere jugadores que metan más. Su equipo tiene menos llegada que la Vice Villarruel a Karina Milei. Pregunta cuántos años tiene el Loco Abreu pero no le dan bolilla, entonces pone a Brian Rodríguez por Facundo Pellistri. Federico Viñas por Darwin Núñez y Rodrigo Aguirre por Federico Valverde. Una especie de Juntos por el Cambio versión uruguaya.
Minuto 63: El árbitro le saca la tarjeta a Nahitan Nández, no la de crédito. Tampoco la de débito. La del color del partido de Macri, por una falta a Tagliafico.
Minuto 68: La Argentinidad al (segundo) palo. Thiago Almada sorprendió desde afuera del área y la clavó en el ángulo del segundo palo del arquerito Rochet. Gana Argentina 1 a 0. Y por ahora Gardel sigue siendo argentino, tanto como China Zorrilla uruguaya.
Minuto 74: Bielsa, desesperado, casi se cae de su improvisada silla. Pide a sus jugadores que salgan a comerse crudo a la Argentina. Hasta el momento sólo hicieron dieta.
Minuto 94: Nico González le muestra a Nández cuánto calza de zapatillas (“championes” en léxico charrúa) con una patada en la cara. Y se gana la roja, claro. Y no jugar contra Brasil el próximo partido.
Minuto 96: Termina el partido con nueva victoria argentina que lo coloca más alto que el precio de la nafta en la tabla de posiciones. La Scaloneta dijo presente. Lo de nuestros hermanos uruguayos, fue impresentable.