La noticia llegó después de meses de rumores: Airbag tocará en River. La banda conformada por Guido, Gastón y Patricio Sardelli anunció su primer show en el estadio más emblemático del país, y no es casual: será el cierre de un recorrido ascendente que comenzó hace más de dos décadas en Don Torcuato, que sobrevivió a estafas discográficas, disputas legales y presiones de la industria, y que hoy se corona con una cita histórica: el sábado 31 de mayo de 2025, frente a miles de fanáticos, presentarán en vivo El club de la pelea, su nuevo álbum que verá la luz el próximo jueves 27 de marzo.
El anuncio no solo marca el regreso de Airbag al escenario donde en 2022 telonearon a Guns N’ Roses: ahora lo harán como artistas principales, en un momento de máxima convocatoria y madurez artística.
Si algo distingue a Airbag es su fidelidad. No solo al género que eligieron cuando eran adolescentes —el rock clásico—, sino también a un modo de trabajo artesanal, autogestionado y sin atajos. Como declaró Pato Sardelli en una entrevista con LA NACION: “Creo que hay cosas que están buenísimas que sucedieron en estos años, pero nosotros siempre aguantando en la trinchera, tocando. No tengo dudas que hay un gran semillero de músicos, pero nosotros siempre tratamos de ser nosotros mismos y disfrutar del día a día con mucho rock y mucha rebeldía”.
Y desde esa trinchera, construyeron una de las convocatorias más impresionantes del nuevo rock argentino.
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Airbag no llegó hasta acá por algoritmos ni colaboraciones estratégicas. Lo suyo fue trabajo de largo aliento. Se dieron a conocer a principios de los 2000 con un contrato engañoso que los dejó atados a un sello, sin poder editar discos ni tocar libremente. Durante años, pelearon por recuperar su autonomía, y cuando lo lograron, eligieron un camino distinto al que impone la industria: produjeron sus propios álbumes, organizaron sus giras, crecieron sin intermediarios.
Y no solo sobrevivieron: hoy arrastran multitudes. En diciembre de 2024, agotaron tres funciones consecutivas en Vélez, sumando más de 120.000 personas. Volvieron al mismo estadio en abril para una cuarta fecha, también sold out. El público que los sigue es joven, fanático, transversal. En sus shows, suenan temas de Creedence, Zeppelin o Bon Jovi antes de que empiece la música. Pero también estallan pogos con temas propios como “Kalashnikov”, “Cicatrices” o “Huracán”. Recientemente, lanzaron una versión de “Ella usó mi cabeza como un revólver”, de Soda Stereo, en el marco de los Spotify singles. Y comenzaron el 2025 tocando como headliners del Cosquín Rock, en su edición aniversario.
Y también hay momentos íntimos. Guido al piano para “Nunca lo olvides” o “Diez días después”. Baladas clásicas, distorsión noventosa, solos extendidos, fuegos artificiales, calaveras gigantes. En los conciertos de Airbag hay de todo. Hasta gestos que parecen salidos de otra época: como en Vélez, donde un grupo de chicas —sobre los hombros de sus amigos— hizo topless en el final del show. Puro rock & roll.
En Vélez ya se vieron adelantos de El club de la pelea, el álbum que se lanzará el 27 de marzo y que tendrá su presentación oficial en River. Canciones como “Verte de cerca”, “Anarquía en Buenos Aires” y “Nunca lo olvides” ya encendieron al público en vivo, y ahora llegan en formato disco, con producción propia y espíritu de manifiesto.
Como sugiere el título, El club de la pelea no es solo un álbum: es una declaración de principios. Una reafirmación del lugar que ocupan en la escena y del camino que eligieron.
LA NACION
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