Otter es un gato rescatado que debía usar con casco porque tenía una malformación congénita en el cráneo que dejó parte de su cerebro expuesto. El felino captó la atención de miles de usuarios en redes sociales por el aparato que usaba, mientras esperaba el momento adecuado para ser operado.
Recientemente, se reportó que el pequeño animal logró recuperarse satisfactoriamente tras someterse a una delicada cirugía cerebral. Otter fue acogido por la organización Baby Kitten Rescue en Los Ángeles, junto a su hermana Bunny, luego de ser hallado por en el norte de California, Estados Unidos, en condiciones críticas.
Ambos sufrían infecciones, desnutrición y, en el caso de Otter, un defecto craneal que impedía que su cerebro estuviera debidamente protegido.
Durante sus primeros meses de vida, Otter usó un pequeño parche en la cabeza y posteriormente un casco negro hecho a medida para evitar golpes contra paredes o muebles.
Caroline Grace, directora del centro de rescate, explicó a NeedToKnow que mantener a Otter en un ambiente acolchado y libre de bacterias era crucial para su supervivencia: “Si se golpeaba la cabeza, podía sufrir daño cerebral o incluso morir, porque su cráneo estaba abierto”.
Gracias a un diseñador llamado Bruce, el gato recibió un casco personalizado cuya creación fue compartida públicamente para ayudar a otros animales con condiciones similares, según informó el portal Cole and Marmalade.
Una vez que Otter terminó su crecimiento, los especialistas del hospital veterinario MASH (Metropolitan Animal Specialty Hospital) realizaron la cirugía para colocarle una malla de titanio que cubre el orificio en su cráneo.
Según el mismo medio, el procedimiento fue exitoso y el gato regresó a casa con una incisión que asemejaba una cresta, lo que generó aún más ternura entre sus seguidores.
El equipo médico informó que el diagnóstico técnico de Otter era encefalocele, una protrusión del cerebro recubierta por membranas protectoras y líquido cefalorraquídeo.
Sorprendentemente, después de la operación, el felino dejó de presentar signos de hidrocefalia y ya no muestra acumulación anormal de líquidos en el cerebro.
A un mes y medio de la intervención, en enero de 2023, Otter ya no necesitaba su casco. “Está increíblemente bien. Ha sanado tan rápido que parece que nunca hubiera sido operado del cerebro”, publicó el equipo de Baby Kitten Rescue en Instagram.
De este modo, Otter se convirtió en símbolo de resiliencia y de los beneficios del cuidado veterinario especializado en animales con necesidades especiales.
Además, Baby Kitten Rescue compartió la noticia que Otter y su hermana, Bunny, encontraron un hogar y fueron adoptados por la misma persona.
Por Sofía Arias Martínez