En un fallo inesperado con potenciales repercusiones políticas y sociales de gran alcance, el Tribunal Nacional del Derecho de Asilo (CNDA) de Francia resolvió que todos los palestinos residentes en Gaza pueden ser considerados elegibles para solicitar el estatus completo de refugiado en territorio francés, abriendo la puerta a la inmigración ilegal masiva.
La resolución surge a raíz del caso de una mujer palestina que solicitó asilo tras los ataques del 7 de octubre perpetrados por el grupo terrorista palestino Hamás contra Israel. Aunque en un principio su pedido fue rechazado por la Oficina Francesa para la Protección de Refugiados y Apátridas (OFPRA), al considerar que no existía persecución individual directa, el tribunal revocó esa decisión.
En su dictamen, el CNDA sostuvo que la conducta militar desplegada por las Fuerzas de Defensa de Israel en Gaza representa una amenaza suficientemente grave como para ser calificada como una supuesta «persecución«. Sobre esa excusa, determinó que la solicitante tiene derecho a recibir protección plena bajo los términos de la Convención de Ginebra de 1951.
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Este fallo marca un cambio significativo en la política de asilo francesa respecto a los palestinos en Gaza y podría influir en futuras solicitudes provenientes de esa región.
La decisión provocó una fuerte reacción por parte de sectores críticos a la inmigración ilegal, en especial a la procedente de países musulmanes. Estos sectores advierten que la resolución podría habilitar la llegada de cientos de miles palestinos, que ahora tendrían una vía legal para pedir asilo en Francia.
Por su parte, Éric Zemmour, dirigente político de derecha y de origen judío, expresó su preocupación en una columna publicada en el medio Le Figaro, advirtiendo que el fallo podría facilitar la llegada de “millones de musulmanes que ningún país musulmán quiere”.
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Entre las voces que se alzaron también estuvo la de Henda Ayari, reconocida activista laica y exmusulmana, quien manifestó su inquietud ante la decisión de Francia de recibir refugiados provenientes de una zona donde predominan ideologías enemigas de Occidente y con fuerte carga antisemita.
“Francia ya se enfrenta a la inestabilidad interna, con crecientes tensiones en muchos suburbios con gran afluencia de inmigrantes”, señaló Ayari a través de sus redes sociales. Y agregó: “Ahora abre sus puertas incondicionalmente a personas de una región donde grupos terroristas operan abiertamente y donde algunos aplaudieron las masacres del 7 de octubre”.
Sus palabras reflejan una preocupación extendida sobre los riesgos para la seguridad nacional que implica admitir a inmigrantes de territorios controlados por organizaciones terroristas como Hamás, especialmente cuando incluso los países musulmanes vecinos han optado por no recibirlos.