Se realizó en Córdoba la edición 2025 de los Premios Sur, organizada por la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de Argentina. En esta ocasión, la película, que según el vocero presidencial Manuel Adorni “vieron 80 personas”, ganó el premio a la Mejor Película Documental.
Se trata de Partió de mí un barco llevándome, dirigida por Cecilia Kang y producida en 2023. En noviembre de 2024, Adorni afirmó que el documental había sido visto solamente por 80 personas, cifra que usó como argumento para favorecer los recortes a subsidios del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA).
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El vocero sostuvo en su momento: “Encontramos 40 películas que tuvieron menos de 1.000 espectadores”. Y mencionó como ejemplos: “Cinensangre/Cinenzonda, con solo 206 espectadores; Después de Un Buen Día, con 175 espectadores; Partió de mí un barco llevándome, con 80 espectadores; Puerto Deseado, con 3 espectadores, y 300 metros cuadrados y 8 ventanas, con 4 espectadores”.
Según datos oficiales del INCAA, el film de Kang fue multipremiado en el Festival de Mar del Plata 2023 y un rotundo éxito en los términos de una producción pequeña que no salió al circuito de las grandes cadenas. En ese evento, el documental vendió más de 4.600 entradas, sumado a los 1.000 tickets cortados en solo siete funciones en la Sala Lugones.
La ceremonia de los Premios Sur 2025 reconoció películas estrenadas entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2024. La edición contó con un total de 22 categorías, incluyendo nuevas secciones como mejor película iberoamericana y mejor película de animación.
Partió de mí un barco llevándome: lo individual y lo colectivo se espejan
La directora Cecilia Kang abre su documental Partió de mí un barco llevándome con una puesta en escena íntima y poderosa: mujeres jóvenes, hijas y nietas de inmigrantes surcoreanos en Argentina, leen frente a cámara los testimonios desgarradores de las llamadas comfort women, jóvenes esclavizadas sexualmente por el ejército japonés durante la Segunda Guerra Mundial. Entre ellas está Melanie Chong, protagonista del film, quien poco a poco se convierte en el hilo conductor de una exploración profunda sobre la memoria, el exilio y la herencia de la violencia.
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A través de Melanie, Kang entrelaza historias personales y colectivas. Las charlas con su madre, los ensayos teatrales y la vida cotidiana en Argentina se cruzan con el viaje a Corea para el casamiento de su hermano. Esa experiencia se vuelve también una búsqueda de identidad: el rostro de Hwang Geum-Ju, una sobreviviente que testificó sobre los horrores vividos, emerge como una figura clave, no solo en el relato histórico, sino también en el recorrido íntimo de Melanie.
La película propone un ejercicio de memoria donde lo individual y lo colectivo se espejan. En Seúl, los rostros que en Buenos Aires la hacían única se multiplican y devuelven una sensación de pertenencia inesperada. Kang plasma ese reencuentro con delicadeza, permitiendo que la historia de Melanie resuene con la de tantas otras mujeres. La travesía hacia el pasado se transforma, así, en un modo de reconstruir el presente.
BGD/DCQ