El Gobierno activó dos medidas ante el mercado para intentar cambiar el clima financiero antes de las elecciones legislativas, cortar la caída de los bonos argentinos y frenar el apetito por los dólares, que este lunes continuó con fuerza.
Antes de la apertura de los mercados, el Banco Central oficializó la firma del swap de monedas con Estados Unidos por US$20.000 millones que se negoció en las últimas semanas. El «rescate» de Donald Trump permitirá reforzar las reservas del organismo y «contribuir a la estabilidad macro» de la Argentina.
El acuerdo de intercambio de monedas entre el BCRA y el Gobierno de los Estados Unidos fue una de las opciones de rescate financiero que aparecieron en la mesa de conversación entre los dos países hace unas tres semanas, cuando el secretario del Tesoro norteamericano Scott Bessent oficializó el inicio de las negociaciones con los funcionarios argentinos.
Sería, de esta manera, la concreción de una segunda medida de asistencia desde la Casa Blanca hacia el gobierno de Javier Milei, luego de venta de dólares en el mercado de cambios que inició el Tesoro norteamericano hace diez días, para evitar que el tipo de cambio toque el techo de flotación.
Sobre la tarde, antes del cierre de los mercados, el Ministerio de Economía adelantó que trabaja en una recompra de bonos con asistencia de organismos multilaterales y que tendrá al banco JP Morgan a cargo de la operación. La medida impulsó a los bonos, que cerraron con subas mayores al 2%. El objetivo es mejorar la cotización de los títulos y hacer caer el riesgo país.
La reacción del dólar fue distinta. El tipo de cambio mayorista volvió a subir y quedó a $15 de distancia con el techo de la banda de flotación. Para el minorista, el Banco Nación vendió divisas a $1.495.
Respecto al anuncio del swap, como suele suceder con este tipo de acuerdos, la mayoría de las condiciones se manejan con hermetismo, aunque el BCRA dejó saber que el monto total de los US$ 20.000 millones se activará por tramos, tal como sucede con el swap de monedas vigente con China.
«En seguimiento de los criterios contables aplicables a los estados financieros del BCRA, (normas contables profesionales argentinas vigentes), el impacto en las reservas internacionales se produce una vez que se active cada tramo del swap», explicaron fuentes de la autoridad monetaria.
Con este panorama, si bien en los cálculos de la City las reservas subirían hasta los US$ 62.000 millones, el impacto del swap no se reflejaría instantáneamente en las arcas del Central.
Consultadas sobre porqué este swap no se va a reflejar en las reservas en el corto plazo como en el caso del acuerdo con China, fuentes del BCRA explicaron: «Son operaciones que difieren en algunos aspectos técnicos y por eso tienen una contabilización diferente, pero lo relevante es que los dos permiten al BCRA ampliar las herramientas que tiene para la implementación de la política monetaria y cambiaria».
Este punto es clave: en el Central no adelantaron cuándo se activará el primer tramo por lo que hasta que eso no suceda las reservas no subirán. Las arcas brutas se ubicaron el lunes en los US$ 41.315 millones, según datos del Central.
Otra de las claves es que, una vez activados los tramos, no hay limitaciones para el uso de esos dólares, ya que los fondos son de libre disponibilidad. Javier Milei dio a entender que podrían ser usados para el pago de los vencimientos de deuda de enero próximo.
Los detalles del acuerdo
El organismo no informó los detalles sobre que tasa de interés cobrará Estados Unidos por el swap ni los plazos de devolución. Sin embargo, explicó: «Las condiciones económicas del acuerdo son confidenciales en línea con otros acuerdos bilaterales del BCRA, para evitar generar incentivos entre los inversores que busquen arbitrar las posiciones de los países».
«Solo impacta en reservas una vez que se fondee un tramo, son estructuras diferentes con el swap con China. El del Banco de México es igual a este, es una nota en los estados contables«, explicó a Clarín una alta fuente del equipo económico.
En el caso de México, en la crisis del Tequila entre fines de 1994 y principios de 1995, el Tesoro de Estados Unidos usó el ESF para apoyar a México: se anunció un paquete por hasta US$ 20.000 millones y tomó entre US$ 11.000 y US$ 12.000 millones.
En Uruguay, el monto activado fue mucho menor: apenas US$ 1.500 millones que sirvieron como «puente» para recomponer la liquidez del sistema, en plena crisis bancaria de 2002. Ambos países pagaron en tiempo y forma estos desembolsos con una tasa estimada cercana al 3% por encima de la tasa Libor.
— Pablo Quirno (@pabloquirno) October 9, 2025
SN