martes, 10 junio, 2025

El empobrecedor

La rebaja de Bienes Personales, el llamado impuesto a la riqueza, y la disminución del impuesto PAIS para las importaciones supera con creces el costo fiscal de recomponer mínimamente las jubilaciones, como planteaba la ley que vetó Javier Milei. La Oficina de Presupuesto del Congreso estimó que de aquí a fin de año la primera de esas medidas, la rebaja de Bienes Personales, le quitará a las arcas públicas el equivalente a 0,3 puntos del PIB en recaudación, en tanto que el descenso del impuesto PAIS implicará resignar ingresos por 0,2 puntos del PIB. ¿Y cuánto costaba hasta fin de año devolverle a los jubilados lo que perdieron de poder adquisitivo en los primeros meses de gobierno libertario? 0,44 puntos del PIB. 

Las cifras ponen en evidencia uno de los ejes estructurales del gobierno de Milei: la brutal transferencia de ingresos desde las mayorías populares hacia sectores minoritarios que concentran la riqueza. Esa transferencia se efectiviza también con los aumentos de tarifas de luz, gas, agua y transporte, la desregulación de la economía que libera precios a las prepagas, a la telefonía celular, a los proveedores de televisión e Internet, a las alimenticias y al resto de las actividades, pero a la vez ajusta el salario mínimo por debajo de la inflación e impone topes a los aumentos salariales en las paritarias.

La libertad es para los grandes capitales, para los Marcos Galperín; las regulaciones y la represión, para los sectores populares, como quedó demostrado esta semana con la visita del Presidente a Mercado Libre y los palos a jubilados en el Congreso.

La ley vetada llevaba la jubilación mínima a 317.700 pesos, eliminando el bono, y garantizaba la movilidad en base a la evolución de la canasta básica total. Con el veto de Milei, la jubilación mínima quedó en 234.540 pesos y el Gobierno mantuvo congelado el bono en 70.000 pesos, para totalizar 304.540. Es decir, lo que para el Presidente era un acto de los degenerados fiscales, para los jubilados de la mínima significaba una diferencia en sus ingresos de apenas 13.160 pesos.

Desconfianza

Pasados nueve meses de gestión, las promesas de una recuperación vigorosa de la economía en forma de V resultan cada vez menos creíbles para la ciudadanía. La esperanza se diluye y mes tras mes crecen el desencanto y las dudas respecto a las posibilidades de éxito del programa económico. 

Así lo refleja, entre otros estudios, el último sondeo de la consultora Analogías. En julio, el 44,5 por ciento de los encuestados a nivel nacional manifestaba que el sacrificio realizado todos estos meses no estaba sirviendo para resolver los problemas de la economía, contra un 40,6 por ciento que pensaba que sí. En agosto, la tendencia al pesimismo se consolidó. Los que creen que se los obliga a un sacrificio inútil subieron hasta 48 por ciento, en tanto que los defensores del ajuste bajaron a 39,2.

Otras preguntas de la misma encuesta exponen el humor social respecto de la política económica. El 49,5 por ciento de los consultados desaprueba lo que se está haciendo, bastante más que la desaprobación general de la gestión de gobierno, que queda en 43,6 por ciento. Los niveles de aprobación, en contrapartida, cayeron a 36,6 por ciento para la política económica y 38,9 para la gestión general.

La percepción de la situación actual respecto de un año atrás empeoró para el 48,4 por ciento, está igual para el 33,9 por ciento y solo considera que mejoró el 13,3 por ciento. 

A pesar de todos esos síntomas de enojo, la imagen de Milei no cayó en la misma proporción. Según el estudio de Analogías, realizado entre el 27 y el 30 de agosto, conservan una visión positiva el 48,1 por ciento de los encuestados (23,5 muy buena, 16,1 buena y 8,5 regular buena), contra una negativa de 47 por ciento (22,9 muy mala, 16,1 mala y 8,0 regular mala).  

Impuestos

Más allá de cómo caigan las medidas en la opinión pública, lo concreto es que las decisiones del Gobierno van configurando un escenario distributivo cada vez más regresivo.

Algunas de las últimas decisiones en materia tributaria y de gasto público permiten observarlo con claridad.

«La reducción del impuesto PAIS del 17,5 al 7,5 por ciento a partir de septiembre tendrá un costo fiscal significativo«, advierte el último informe de la Fundación de Investigaciones para el Desarrollo (FIDE). La AFIP dejará de recaudar el equivalente a 0,2 puntos del PIB en lo que resta del año, en tanto que «la eliminación total pautada para 2025 generaría una caída de la recaudación de 1 punto del PIB», precisa.

«La decisión de resignar esos recursos fiscales, sin evidentes beneficios sociales o económicos a la vista, contrasta con la intransigencia que está mostrando el Gobierno frente a la nueva fórmula de movilidad jubilatoria aprobada por el Congreso de la Nación», cuestiona FIDE.

De acuerdo a la Oficina de Presupuesto del Congreso, la recomposición de jubilaciones generaba un gasto de 0,44 puntos del PIB hasta fin de año y de 0,65 puntos en 2025. La medida no solo tendría un efecto distributivo positivo, sino que ayudaría a movilizar algo el consumo, que se encuentra en estado catatónico.

Sin embargo, Milei vetó esa transferencia de ingresos y consiguió la aprobación del Congreso para la rebaja del impuesto a los Bienes Personales. «La misma Oficina de Presupuesto del Congreso proyecta que para este año el costo fiscal de esa medida rondaría el 0,3 por ciento del PIB», indica el documento.

En conclusión, «el costo fiscal de la eliminación del impuesto PAIS y la rebaja de Bienes Personales cubre con creces el costo que supone la nueva fórmula de actualización de jubilaciones y pensiones«, que el Presidente vetó de manera total. 

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