Javier Milei aleccionó este martes durante dos horas a los cinco gobernadores radicales que lo visitaron en Casa Rosada, después de haber tildado de «golpista» al ex presidente Raúl Alfonsín y quejarse por que se lo considere «el padre de la democracia».
Acompañado por Guillermo Francos, Lisandro Catalán y Karina, el primer mandatario les explicó a sus invitados la importancia de contar con un presupuesto para consolidar la institucionalidad y el mejoramiento de la «logística» para lograr crecimiento económico.
Esas dos vinculaciones, según fuentes al tanto de la charla, remitieron a la necesidad del gobierno de sancionar la ley de leyes para mostrarse consistente frente a las calificadoras de riesgo del mercado y la privatización de Aerolíneas Argentinas, cuyo dictamen fue autoría del macrista Hernán Lombardi.
Pasadas las 15, los gobernadores Carlos Sadir, Leandro Zdero, Gustavo Valdés, Maximiliano Pullaro y Alfredo Cornejo salieron por el Patio de las Palmeras.
Milei acusó a Alfonsín de golpista y se enojó hasta De Loredo
Valdés y Pullaron se mostraron incómodos ante las preguntas de la prensa por los dichos de Milei sobre Alfonsín, a quien acusó el viernes pasado de ser un «golpista» por la desestabilización que habría padecido Fernando De la Rúa al final de su mandato en diciembre de 2001.
El caudillo correntino trató de explicar que la conversación se enfocó «en el futuro» y que la apreciación del Presidente se debió a su «frescura». «Se conversó que no estábamos de acuerdo en el punto de vista pero es más del pasado, nosotros estuvimos hablando del futuro», dijo, y atribuyó la crítica furiosa «a la frescura que tiene Milei».
Por otro lado, admitió que hablaron sobre «cómo colaborar» para que el país tenga infraestructura. «Hablamos de hidrovía, ferrocarriles, rutas, Aerolíneas», enumeró.
Ese listado abrió la especulación de que el Ejecutivo habría reclamado la sanción del proyecto del PRO aunque todavía no tenga los votos necesarios en recinto. Pullaro comentó que los gobernadores pusieron sobre la mesa los reclamos sobre compensaciones a las provincias y los intereses que tienen en algunas empresas del Estado, pero eludió cualquier afirmación sobre algún tipo de compromiso de los funcionarios del gobierno para resolver sus demandas: «Fue una charla de ida y vuelta», se limitó a decir.
Después de casi un año de mandato libertario, Pullaro precisó que «el gobierno está de acuerdo en sentarnos en una mesa y, como lo dijo el Presidente, empezar a resolver problemas».
Zdero abundó en la misma dirección, cuando dijo que el gobierno «confirmó que tiene las puertas abiertas para dialogar y seguir dialogando».
Cornejo, acaso algo agobiado por la exposición de Milei, refrendó que «fue una muy buena reunión», y detalló que «fueron casi tres horas en las que (el Presidente) se explayó sobre muchas cosas que tienen que ver con la economía». «Hablamos de la logística que necesita el interior del país y lo atada que está la logística y la necesidad de inversión en logística para que crezca la economía genuinamente y lo atada que está a que el programa de estabilización económica se dé», repuso.
El gobernador mendocino reconoció, además, que repasaron «los principales puntos del presupuesto» y compartieron con el gobierno la mirada sobre «la importancia de tener un presupuesto porque le da una reputación que tiene que ver con la institucionalidad y le da reglas de juego claras para el futuro».