Gisela Gilges es una escritora, Life coach y conferencista conocida por su enfoque en el desarrollo personal y el bienestar emocional. A lo largo de su carrera, trabajó con individuos y grupos para ayudarlos a alcanzar una vida equilibrada y plena, a través de herramientas prácticas y enseñanzas basadas en la psicología positiva y el coaching ontológico.
Su obra incluye cuatro libros que abordan la autoexploración, la resiliencia y la importancia de vivir una vida auténtica. Gisela se destaca por su capacidad para conectar con su audiencia a través de cursos, talleres y las redes sociales, inspirando a que las personas a que encuentren su propósito. En su vida personal, está casada desde hace 10 años y es madre de tres hijos.
Mariana: — ¿Cuáles son tres señales que indican que estás en una relación tóxica?
Gisela: — Cuando estás en una relación tóxica te acercas a esa persona y te sentís cansado o cansada, es como si te hubieran drenado y no solo cuando estás con esa persona, antes de verla también te pasa. Cuando te la nombran o la tenés que ir a ver, sentís que te drena la energía. La segunda es que esa persona es cero estable. ¿Viste que hay relaciones que están todo el tiempo cambiando? A veces están bien, a veces están mal y no sabés con qué te vas a encontrar. Eso da pie al tercer paso que es la falta de predecibilidad. Dejas de poder predecir al otro. En general, en una relación que no es tóxica vos podés predecir al otro, cómo va a reaccionar, cómo lo va a tomar, cómo se va a sentir, en cambio, en una relación que no es predecible no tenés idea con qué te van a salir incluso cuando le estás llevando la sorpresa de un regalo. Así que los tres son: te saca la energía, no es estable y no es predecible.
Mariana: — Las relaciones tóxicas se suelen asociar a los vínculos amorosos y de pareja, pero en realidad pueden darse en distintos ámbitos.
Gisela: — Sí, siempre lo llevamos al vínculo sentimental. Pero hay relaciones tóxicas en las familias, en los amigos y en un montón de otros lugares.
Coty: — Cuando identificamos a esa personas tóxicas, ¿cómo debemos actuar para salir de ahí o para modificar esa relación?
Gisela: — En mi escuela de coaching tenemos un mapeo que hacemos para poder identificar primero qué nivel de toxicidad o no tiene una persona en su vida. Lo que hacemos es establecer tres círculos. En el primer círculo lo que ponemos es toda la gente que tengo contacto casi diario, que son personas bien cercanas. En el segundo círculo las personas que son parte de mi vida, pero que no tienen una recurrencia tan importante y en el tercer círculo la gente que es muy distante. La que es amigo de un amigo, que está por un tercero en mi vida. Ahí hacemos una línea en el medio: del lado derecho lo que ponemos son todas las relaciones sanas, de los tres círculos y del lado izquierdo las relaciones tóxicas, aquellas que me sacan la energía, que no son estables y que me hacen sentir mal. ¿Cuál es la recomendación? No siempre podemos excluir a alguien. Por ejemplo, si el vínculo tóxico es con mi ex y compartimos un hijo ¿cómo hago? En ese caso, como no podemos eliminar a esta persona, lo que hacemos es tratar de pasarla al vínculo sano.
Coty: — ¿Cómo se puede pasar de un vínculo tóxico a uno sano?
Gisela: — Acercarse a la persona siendo sincero. Poder decir: “Mirá lo que hacemos no nos hace sentir bien. No sé cómo te hace sentir a vos. Yo cada vez que nos vemos, me quedo mal”. Es hablar de lo que no se habla porque, en general, las relaciones tóxicas lo que tienen es que son como pelotitas invisibles entre las personas que están ahí haciendo ruido y molestando, entonces cuando nosotros las podemos eliminar, nos conectamos y si nos conectamos, en general, los vínculos se sanan. Pero no se puede ir con una varita mágica salir y arreglar a todos. Cuando no se puede, lo que hacemos es espaciarlo en los vínculos. Por ejemplo, dejo de tener la frecuencia de verlo todos los días. Lo paso al círculo dos: nos vemos una vez al mes, te llamo por teléfono y trato de reducir los temas. Lo que hacemos es ir espaciando a la persona en la distancia que tiene de frecuencia con nosotros.
Mariana: — ¿Qué pasa cuando la otra persona no identifica esa toxicidad?
Gisela: — Puede pasar que el otro naturalice la toxicidad y hasta te subestime en una charla. Es válido lo que a uno le pasa y plantear: “Esto me hace mal, cada vez que discutimos, la forma en la que lo manejas no me hace bien”.
Mariana: — Porque muchas veces las personas tóxicas te enroscan, hasta te hacen dudar de vos misma y te preguntas: “¿No estaré exagerando?”
Gisela: — Todo se maneja con la paz mental que vos tenés en tu vida. Uno sabe cuándo está bien y cuando está mal. Nos damos cuenta, entonces si a vos te hace mal, ya está, es suficiente eso. Es cuidar tu salud, tu vida. Está demostrado, por todo tipo de especialidades médicas, que estar mal, vibrando mal con alguien, que estar todo el tiempo discutiendo y vivir relaciones tóxicas, le hace mal a la salud. No se trata de una moda o de una filosofía, hace mal a la salud tener relaciones tóxicas. Entonces, tenemos el deber de hacernos bien, de cuidarnos, sobre todo si tenemos gente a cargo. Si sos madre o padre no se trata solo de estar bien para vos, el otro también te necesita. Cuidar tu paz mental está completamente asociado a tener una buena calidad de vida.
Coty: — ¿Se puede sanar una relación tóxica o es irreversible?
Gisela: — Cuando pasa determinada línea es completamente irrecuperable una relación, por ejemplo, cuando aparece la violencia física. Una vez que aparece la violencia física es muy difícil que se recupere una relación porque tarde o temprano volvemos a caer ahí para lastimarnos. Cuando el otro te hiere vos intuitivamente lo que te nace es querer lastimar al otro para devolver parte de ese dolor. Cuando hay golpes físicos eso va aumentando y es muy difícil de revertir.
Coty: — ¿Las personas tóxicas que no llegan al grado de violencia pueden recuperarse?
Gisela: — Sí, es posible siempre y cuando la otra persona quiera. No podemos ayudar a alguien que no quiera. El que se da cuenta que está generando vínculos raros, que siempre está enojado, que siempre está mal, criticando y quiere salir de eso, puede. Lo que no se puede es que el otro salga de eso porque a mí se me ocurrió. Es una decisión personal.
Mariana: — Si alguien identifica que está en una relación tóxica, ¿cuáles son los pasos para poder salir?
Gisela: — Pedir ayuda, primero que nada. Porque si vos entraste en una relación tóxica hay un montón de cosas que las tenés naturalizadas y no te das cuenta que están mal. Está buenísima la ayuda profesional, pero no todos pueden ir a contratarla así que el primer paso puede ser pedir ayuda al entorno: amigos, familiares. La segunda cuestión es escribir las cosas cuando te pasan. No es lo mismo cuando las pensamos que cuando las escribimos o las hablamos porque tenemos que explicarlas para que se entiendan y entramos en detalles que muchas veces omitimos en la mente. En ese arte de escribir vas a encontrarte con algo diferente. Y la tercera cuestión es: pensá en qué te gustaría tener, qué es lo que te gustaría hacer y en comparación te vas a dar cuenta cuál es la distancia que estás de poder armar algo diferente. Siempre se puede salir.
Si sos víctima o conocés a alguien que sufra violencia de género podés llamar al 144 o escribir por WhatsApp al +5491127716463 para atención, contención y asesoramiento las 24 horas.