martes, 17 junio, 2025

Una especialista comparte consejos sobre cómo sobrevivir a una crisis

Lucy Easthope se describe a sí misma como “la última en responder” a una emergencia.

Cuando se produce una catástrofe, los trabajadores de emergencia se apresuran a prestar ayuda. Pero Easthope, profesora visitante de muertes masivas y pandemias en la Universidad de Bath, Inglaterra, dice que su especialidad es lo que viene después.

Lleva 24 años ayudando a la gente a recuperarse de catástrofes como los atentados del 11 de septiembre, el tsunami del Océano Índico en 2004 y los atentados del metro de Londres en 2005. Sus numerosas tareas incluyen trabajar entre los escombros recuperando restos y efectos personales, dar asesorías sobre la limpieza y la reconstrucción, y ayudar a las comunidades afectadas a recuperarse.

En su próximo libro, Pase lo que pase: Lecciones que cambian la vida para afrontar las crisis, Easthope escribe sobre lo que una vida en la gestión de emergencias le ha enseñado sobre cómo afrontar tiempos difíciles.

Ella compartió sus ideas sobre cómo afrontar las pérdidas y calamidades cotidianas como la muerte, un mal diagnóstico, un divorcio o un despido.

Al llegar al lugar de un desastre, lo primero que hace Easthope es anotar cada detalle ocurrido, por pequeño que sea: el puente derrumbado, pero también el huerto comunitario destruido. Esto se denomina evaluación de impacto.

Cuando ocurre algo malo, explica, todos pueden beneficiarse de hacer su propia evaluación de impacto. Aconseja anotar todo lo que a uno le afecta, ya sea físico, psicológico o logístico. Esto puede ayudar a comprender lo que se ha vivido, cómo aquello está afectando en todos los ámbitos de la vida y qué es lo que tiene solución.

La experta aconseja anotar todo lo que a uno le afecta, ya sea físico, psicológico o logísticoShutterstock

Para que pueda haber sanación y reconstrucción, dice, “hay que afrontar el inventario de lo que ha sucedido”.

Y anima a seguir revisando. “En el trabajo con desastres, revisamos el progreso a los seis meses, al año y luego más, porque surgen cosas nuevas”, remarca.

“A veces uno puede encontrarse en un torbellino, buscando razones de por qué sucedió algo o exigiendo saber por qué las cosas son tan injustas. Pero a veces, no hay una razón”, destaca Easthope.

Las investigaciones demuestran consistentemente que el sentido de justicia está profundamente arraigado en las personas, desde la infancia, por lo que esta realidad puede ser difícil de aceptar, desarrolla.

Easthope se encuentra con frecuencia en una sala llena de personas agitadas que han sufrido un evento traumático y que se preguntan por qué se les ocurrió aquello. “Veo esto con frecuencia después de las inundaciones”, añade. “Dicen: ‘¿Por qué el clima ha causado esto? Esto no debería haber sucedido; no es justo’”.

A veces ella empieza estando de acuerdo con ellos y coincide en que a menudo no hay ninguna razón para el suceso. “Esas son verdades que hay que aceptar”, agrega.

Easthope comprende la necesidad de obtener respuestas o justicia. Pero centrarse en la injusticia puede ser señal de una espiral descendente. Puede impedir que se avance y evitar lo que ella llama “los brotes verdes de un nuevo comienzo”.

Designar un “supervisor del agotamiento”

“Las personas que trabajan en la gestión de desastres a menudo no reconocen lo agotados que están hasta que están mucho más allá del punto en el que probablemente podrían haber hecho cambios”, dice la profesional.

Por eso, les recomienda a sus colegas, así como a cualquier persona que esté pasando por una crisis, que designen un “monitor de agotamiento”, una persona de confianza que pueda observarlos para detectar señales de agotamiento. Pueden ayudar a pensar en maneras de aliviar las cargas o recibir apoyo adicional, explica, y recuerdan que no se debe minimizar lo que se está atravesando y que se tienen que priorizar las propias necesidades.

“Debe ser alguien que pueda decirte la verdad compasiva cuando te vea desanimado”, añade Easthope. “La mía es mi madre”, ejemplifica.

Recomienda designar un “monitor de agotamiento”, una persona de confianza que pueda observarlos para detectar señales de agotamientoAntonio Guillem – Shutterstock

Easthope ha cimentado su carrera en la gestión de recursos para satisfacer las necesidades más urgentes de las personas. Pero también existe un conjunto de deseos más ocultos que la gente suele tener, afirma.

“Son esos deseos polémicos que quiero que todos sepan que tienen derecho a sentir”, dice, tanto si el deseo es sexual como si es fumar, reírse a carcajadas o tomar un cóctel.

“Hay muchos juicios sobre cómo deben comportarse los sobrevivientes de desastres o las personas en duelo”, añade. Pero el placer importa en estos momentos y uno se lo merece, agrega. “La vida no puede ser una serie de días en los que simplemente se sobrelleva”.

Después de un día agotador de trabajo, Easthope comentó que a veces ve Las Kardashian. ¿Qué más disfruta? “No soy hedonista”, dice, “pero me gusta un buen pedazo de torta”.

Por Jancee Dunn.


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