lunes, 1 septiembre, 2025

EEUU: repuntan la inflación, el consumo y las proyecciones de crecimiento, pero crece la presión sobre tasas

En el tercer trimestre la economía de EEUU mostró un escenario alentador en materia de inflación, consumo y proyecciones de crecimiento. Sin embargo, la baja de tasas sigue siendo el escenario favorito.

  • El dólar global cerró el mes a la baja, mientras las acciones concretaron una fuerte suba

  • La inflación que sigue la Fed estuvo en línea con lo esperado y se mantiene el escenario de recorte de tasas

Crecen las intromisiones y presiones de Donald Trump en el seno de la FED..

Ámbito

La economía de EEUU arrancó con buen pie el tercer trimestre, después de haber cerrado el segundo (+3,3%) mejor que lo estimado. El consumidor desconfía, y mucho, pero sostiene su gasto. Y en julio lo acrecentó 0,3%. Lo que más teme es el alza de la inflación. ¿Alcanzará 4,8% a un año vista como dice en las encuestas? A todas luces, exagera. En julio, la medición PCE que sigue la Reserva Federal (FED), se mantuvo en 2,6%. La inflación núcleo sí subió, aunque tan solo una décima y a 2,9%. Es el registro que, una semana atrás, el presidente del banco central, Jay Powell, adelantó en Jackson Hole. La FED descuenta que la inflación continuará en ascenso – de la mano del frenesí arancelario – pero estima que se revertirá el año próximo cuando se disipe el efecto de aumento de precios por única vez. En sus proyecciones de junio, la inflación núcleo trepa a 3,1% hacia diciembre y cae a 2,4% a fines de 2026. Y ello es compatible con dos bajas de tasas de interés – por medio punto en total – antes que termine 2025. O sea, sin necesidad de corroborar que la inflación pegue la vuelta. En este frente crítico, pues, no hubo novedades.

¿Qué cambió en la última semana, desde Jackson Hole?

Dos dinámicas importantes, y de forma muy agresiva. En lo económico, el pronóstico de crecimiento del PBI en tiempo real de la FED de Atlanta (reconocidamente volátil) saltó de 2,2% a 3,5% para el trimestre en curso. En lo político, la perla, gravísima, fue la intromisión directa del presidente Trump en la conformación de la Junta de Gobernadores de la FED. Trump le exigió la renuncia a la gobernadora Lisa Cook, una de sus siete miembros (incluyendo a Powell, su titular). Alega una conducta “potencialmente delictiva” por presuntas irregularidades en la gestión de dos hipotecas personales. Como recibió un no rotundo por respuesta, acto seguido, la despidió a través de un posteo en la red Truth, “con efecto inmediato”. Nunca en los 111 años de historia de la FED, el Ejecutivo había removido a un gobernador. Nunca la independencia del banco central estuvo tan visiblemente amenazada. El desenlace, sin embargo, permanece abierto.

Cook, designada por el presidente Biden con acuerdo del Senado, resiste en su puesto, y demandó a Trump por su intento de destitución ante la Justicia. Y avisó que lo hará también con cualquiera de sus colegas si la conminasen a retirarse. La jueza federal Jia Cobb, el viernes, celebró una primera audiencia con los abogados de Cook y del Departamento de Justicia, aunque todavía no tomó una decisión. ¿Podrá votar en la próxima reunión del Comité de Mercado Abierto? Debería poder, pero todavía no recibió el beneficio de una medida cautelar que despeje toda duda sobre la validez de sus actos.

lisa cook

Ni Powell ni ningún otro funcionario del banco central vertió comentario. Los mercados tampoco exhibieron sobresalto. Sí lo habían hecho fugazmente semanas atrás cuando Trump deslizó ante sus legisladores que había resuelto despedir a Powell (luego desmentida por el propio presidente). ¿Los tiene sin cuidado la ofensiva de la Casa Blanca por controlar y decidir la política monetaria? El que calla, otorga. Solo queda la Justicia, entonces, para ratificar la independencia de la FED con respecto al Ejecutivo y fijarles límites explícitos a los abusos. En ese sentido, el Tribunal de Apelaciones del Circuito Federal de EEUU hizo otro tanto con los aranceles “recíprocos” que estableció Trump. Son inválidos, dictaminó, porque “las órdenes ejecutivas exceden la autoridad delegada al Presidente». La Casa Blanca recurrirá a la Corte Suprema.

Y es la Corte Suprema la que calificó al banco central como una “entidad cuasi-privada de estructura única, que sigue la tradición histórica particular del Primer y Segundo Banco de los Estados Unidos”, instituciones que precedieron a la FED en los siglos XVIII y XlX. Ambos bancos sucumbieron en sendas crisis, destruidos precisamente por la injerencia política y las disputas partidarias. De ahí, el diseño de banco central independiente del poder político de turno, aunque completamente subordinado al Congreso (que lo creó, puede reformarlo o, incluso decidir su abolición; que define sus objetivos y sus nombramientos; y que es ante quien debe rendir cuentas).

La economía da señales de vigor en alza. Inflación y gasto suben de la mano. La política le respira en la nuca a la FED. Wall Street hizo su agosto y sumó nuevos récords y ninguna preocupación. ¿Será necesario bajar las tasas el 16 y 17? Nada de lo acontecido alteró sus chances. Los futuros de Chicago estiman 86,4% de probabilidades versus 84,7% una semana atrás.

¿Debería Powell endurecerse para preservar la credibilidad de la FED?

Nadie lo piensa así. Y los mercados de bonos no lo exigen. La data tendrá la última palabra. Un salto brusco de la inflación de agosto obligaría a un replanteo. Pero es más probable que sea el mercado de trabajo el que facilite la decisión. Es la variable que más empuja el recorte de tasas.

Este viernes se conocerá el informe laboral de agosto (y las correcciones de julio y junio). Sin embargo, el martes 9 es la fecha subrayada en rojo. La revisión anual de los guarismos de empleo promete ser la carta crucial. Una merma sustancial está en la gatera. El gobernador Waller estima que desaparecerán unos 60 mil empleos mensuales de las actuales estadísticas. Y que es probable que quede a la luz una destrucción efectiva de empleo privado los últimos tres meses. Será sencillo, si se confirma, obtener un voto unánime de la FED a favor de una baja de tasas que apuntale la demanda laboral. Aunque la reelaboración de las cifras no modifique el balance de mayor solidez que exhibe la panorámica completa de la economía a partir de julio. Y que, según el informe PMI, se aceleró significativamente en agosto.

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